El próximo lunes, 26 de julio, se cumplirán 57 años de lucha sin tregua por la independencia de nuestra Patria.
Unos pocos tenemos el privilegio de vivir. En mi caso personal, agradezco a los combatientes de Artemisa que entraron y me rescataron cuando estaba en las proximidades de la entrada, tratando de impedir que una ametralladora disparara contra los combatientes a los que había ordenado retirarse.
Nuestro pensamiento revolucionario partió de la idea martiana de que: “¡Patria es humanidad!”, y este no ha cesado de evolucionar.
El simple hecho de haber sostenido esa lucha durante tanto tiempo, constituye una prueba de lo que puede lograr un pequeño país frente al gigantesco poder del imperio.
Un año como el actual, en que nos aproximamos cada día más a dramáticos acontecimientos, me siento obligado a recordar a los valerosos compañeros encerrados en las prisiones de alta seguridad de Estados Unidos.
Es grotesco el odio que despiertan a los que manejan ese imperio, incapaz de comprender a cuán altos sitiales los elevan.
Ellos, lo mismo que nuestros representantes diplomáticos en ese país y en muchos otros de similar peligro, se mantienen en los puestos que el deber les asigna, imperturbables ante grandes riesgos de los cuales están muy conscientes.
Las noticias que se publican cada día, van confirmando nuestras apreciaciones acerca de la gravedad de los peligros que se ciernen sobre la humanidad.
Nada puede, sin embargo, arrebatar el derecho a disfrutar el día de gloria y felicidad que significa para nuestro pueblo el 26 de julio.
Nadie nos puede, tampoco, privar del derecho a soñar que aún es posible que nuestra especie sobreviva a las difíciles pruebas que nos esperan en un futuro muy próximo.
¡Los felicito con alegría y la dignidad que nos han legado nuestros antepasados a lo largo de casi dos siglos de lucha!
Fidel Castro Ruz
Julio 24 de 2010
Julio 24 de 2010