lunes, 3 de diciembre de 2012

La histórica comunista asturiana Anita Sirgo, hoy en Soria


Anita Sirgo en un homenaje en Langreo (Asturias)

PCE Soria. 3/12/12. Esta tarde a las 20h en el Centro Cultural Gaya Nuño concluirá la VI Semana de la Memoria Histórica y los Derechos Humanos de Soria, organizada por los amigos y amigas de la Asociación Recuerdo y Dignidad, con la presencia de la histórica luchadora comunista "Ana de Lada": Anita Sirgo.

Anita Sirgo, también conocida como "Anita la de de Lada" es la histórica protagonista de las huelgas mineras del 62. Hija de "fugao" y de presa política, mujer de represaliado y sobrina de fusilado, Ana es una legendaria comunista asturiana, militante del PCE y de IU, y la prueba fehaciente de las torturas que el fallecido Manuel Fraga negó que se hubiesen producido durante las huelgas mineras de 1962 en Asturias.
En Anita se muestra la fuerza de la resistencia, el tesón y la lucha por poner fin a las injusticias que marcan su trayectoria vital. Militante del PCE, Anita es hoy la memoria de las mujeres que, sin haber podido ir a la escuela, frenaron los abusos de poder de la dictadura franquista en las Cuencas.

Anita es recordada junto a la inolvidable Tina de La Joécara por su participación en las huelgas mineras de los años sesenta del pasado siglo. A finales de los años cincuenta, cuando surgen los movimientos sociales, mujeres como Anita trabajan imprimiendo octavillas caseras. Pertenecen al Partido Comunista y están organizadas, reparten octavillas y las llevan a los dirigentes de fábricas y minas para su reparto. Las mujeres tuvieron en la huelga de la minería el 62 un papel muy importante. Como dice Anita "veían que la huelga se alargaba y corría el peligro de ser rota por los esquiroles".

Ellas no esperaron más. Mujeres y madres con maridos e hijos en huelga, de Lada, de La Nueva, de la Joécara… Deciden salir al "relevo" de las seis de la mañana. Nadie faltó a su cita. Ni el temor ni la represión las mantuvieron en casa. Van pacíficamente. Sus únicas armas son unos palos de madera y maíz para tirar a los esquiroles y llamarles gallinas.

Ellas cortaron el acceso al pozo María Luisa, al Fondón y Modesta, los cruces de las carreteras de Lada y Mieres. Pocos mineros llegan a los pozos y al verlas se van, otros dan la vuelta por el camino. La unión de las mujeres impide que la Guardia Civil las detenga. “Sabiamos que cuantas más fuéramos más fuerza hacíamos y menos podían con nosotras. Por eso gritamos que nos llevaban a todos o a ninguna. Viendo la resistencia no detuvieron a nadie”, recuerda Anita. La huelga duró dos meses y no hizo falta usar los palos. Sólo el maíz. La represión posterior fue brutal.

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