viernes, 17 de mayo de 2013

El PCE ante el cierre de 48 líneas de Renfe




¡¡ POR UNA LEY DE FINANCIACIÓN DEL TRANSPORTE, YA !!

EL POSIBLE CIERRE DE 48 LINEAS FERROVIARIAS DE MEDIA DISTANCIA PONDRÁ EN PELIGRO EL MODELO FERROVIARIO PÚBLICO , EL MANTENIMIENTO DEL EMPLEO EN RENFE Y ADIF  Y LA COHESION TERRITORIAL DEL ESTADO,  Y NOS LLEVA DE CABEZA A LA PRIVATIZACIÓN

EL INFORME DE INECO ENCARGADO POR EL MINISTERIO DE FOMENTO QUE PREVÉ EL CIERRE DE 48 LINEAS FERROVIARIAS DE MEDIA DISTANCIA, DE LLEVARSE A CABO, MODIFICARÁ DECISIVAMENTE A PEOR EL ACTUALMENTE INSUFICIENTE SERVICIO PÚBLICO FERROVIARIO, AL DEJAR SIN EL ÚNICO TRANSPORTE PÚBLICO A ALGUNAS POBLACIONES , Y RECORTAR DURAMENTE EL DE OTRAS, ASÍ COMO AL MANTENIMIENTO DEL EMPLEO EN RENFE Y ADIF, AL TENER QUE DISMINUIR TAMAÑO LA EMPRESA PRESTADORA DEL SERVICIO (RENFE), Y EN CONSECUENCIA TENER TAMBIEN QUE DISMINUIR TAMAÑO EL ADMINISTRADOR DE LA RED (ADIF).

De los servicios que presta RENFE para la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG), toda la Administrada por Adif,  los únicos que revisten carácter de servicio público de acuerdo con la política de transportes de la Unión Europea son los de Media Distancia y Cercanías. Los cierres anunciados supondrían un recorte de la tercera parte de los servicios de media distancia.

Con ello se culminaría una larga cadena de reducción de servicios, de utilización de trenes inadecuados para líneas de débil tráfico, con horarios incómodos, con insuficiente mantenimiento de la infraestructura y ausencia de coordinación con otros medios de transporte, e incluso con otros servicios ferroviarios. Esto es, una gestión del servicio incompetente que los Directivos de RENFE Y ADIF, y el propio Ministerio, deberían hacérselo mirar antes de nada.

A ello hay que añadir que en muchos casos las líneas sobre la que se presta el servicio son compartidas con servicios de larga distancia y mercancías sin carácter de servicio público.

Por otra parte, al desaparecer los servicios, se facilitará el camino a la privatización de las infraestructuras ferroviarias y sus servicios posteriores, en línea con las políticas neoliberales emanadas del euro.

Habrá dos consecuencias muy graves: Una, la necesaria disminución del tamaño de las empresas Renfe y Adif, con la inevitable consecuencia posterior de reducción de empleo, y una pérdida de la cohesión territorial del Estado, dado que la mayoría de los cierres de líneas tendrán lugar en poblaciones con escasa densidad de población, ya gravemente afectadas también por recortes en otros servicios públicos.

Por último, estos cierres están en concordancia con el camino emprendido por la Directivas ferroviarias de la UE y sus sucesivos catálogos de infraestructuras , que no planes de transporte, orientados exclusivamente a la Alta Velocidad (en España, este año se dedica mas del 80% de la inversión ferroviaria prevista al AVE), y en coherencia también con el papel que tienen reservado para España (y otros países periféricos de la zona euro) de turismo, ocio y precariedad laboral. Interesante observar que mientras países centrales como Francia y Alemania refuerzan sus entidades públicas ferroviarias, Renfe y Adif verán reducido su tamaño, aumentado cada vez más la dificultad para hacer de ellos, especialmente de Renfe un Operador Ferroviario Integral.

Las propuestas deberían ir, con urgencia hacia una Ley de Financiación del Transporte, que buscando previamente el acuerdo social y político con sindicatos y partidos, debería debatirse en el Parlamento. Hacia un modelo ferroviario estructurador económicamente y cohesionador social y territorialmente, con acuerdo con las Comunidades Autónomas, y hacia una UNICA EMPRESA PUBLICA ESTATAL FERROVIARIA, que mantenga los derechos laborales y el empleo de calidad, modificándose la Ley del Sector Ferroviario